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Éxodos o el viaje a la patria de la literatura

Hélène Cixous, escritora, y Marta Segarra, filóloga, conversan sobre las migraciones forzosas y la condición diaspórica del ser humano.

El exilio ha sido, sin buscarlo, el gran tema sobre el que ha trabajado Cixous. “De una manera inesperada he estado viviendo un éxodo desde los 18 años”. Su último éxodo ha sido este verano. “La región donde vivo en Francia ha ardido, al igual que ocurre en Ucrania, la gente tuvo 15 minutos para salir de su casa, salvar lo poco que pudieran llevarse con ellos. Fue tan profunda la experiencia que recordé que es eso lo que vivió mi familia judía y quienes tienen que exiliarse”, confiesa.

Al igual que le pasaba al también filósofo de origen argelino Derridas, el deber de responder ante situaciones injustas es para la autora indisociable. “Este año me siento ucraniana y mujer iraní, no lo puedo evitar«.

Hélène Cixous se pregunta cómo podemos adherirnos a un nacionalismo, a una cultura concreta. “Mi nacionalidad es la literatura, yo soy el resultado de más de un país natal”.

«La literatura no tiene fronteras ni leyes, inventa todo el tiempo, puede ser políglota, no tiene límites en el tiempo . Es una suerte de inmortalidad que atraviesa la barrera del tiempo. La bandera de ese multipaís somos los lectores, la humanidad que se sorprende”.

¿Leían en los campos de concentración? ¿podían reír, cantar?, se pregunta Cixous. “Desde mi más tierna infancia hacía esa pregunta a los supervivientes del Holocausto y me decían que si, leían, escribían, recitaban poemas. Mientras exista la literatura no estaremos muertos”, concluye.

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