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HAMACA PARAGUAYA, la pérdida y el duelo a través del cine de Paz Encina

Recuperando las palabras de Godard, Mercedes Álvarez, cineasta encargada de la programación de cine de los Encuentros 72-22, recuerda que «el cine es el arte de la denuncia«. Bajo esta premisa, Paz Encina, cineasta paraguaya, presentó su largometraje Hamaca paraguaya como un film en el que, desde la distancia, trata la pérdida y el duelo. A través del fuera de campo, la cineasta crea una narración paralela a la que se nos muestra en la pantalla, una narración complementaria a esas imágenes tan poéticas que se nos presentan en las que, con el uso de planos estáticos, vemos el sufrimiento y la locura que conllevan la pérdida de un ser querido.

Es la propia cineasta quien recupera el punctum de Barthes para hablar de su obra, algo ciertamente acertado al ver las imágenes que componen la narración, unas imágenes de gran intensidad afectiva, heridas y que hieren al espectador.

Pero no se puede hablar de este film sin citar su banda de sonido, algo muy meditado y determinante en la narración. Tal y como Encina dice, «se trata de todo un registro de sonidos que se plantean con prioridad a la imagen, dejándolos, en muchos casos, sin un significante visual, dando pie a la imaginación del espectador».

Y es que «para poder realizar este largometraje tuve que pensarme políticamente, pensarme afectivamente, incluso pensarme físicamente» afirmó la cineasta paraguaya, «buscando comprender el espacio y momento desde el que realizaba el film, lo que se puede ver de forma más directa en esas imágenes de las que hablábamos y en los diálogos que inundan los oídos.«

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