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Una fuerza expresiva que lo impregnaba todo

“Sencillamente asombroso” y con “una fuerza expresiva que lo impregnaba todo”. Así describía la compositora Teresa Catalán lo que supuso para ella el universo sonoro que se abrió a su mente y oídos en los Encuentros de 1972. Hasta tal punto que decidió dejar la interpretación instrumental para pasarse a la composición. De esta manera abría el diálogo con Tomás Marco con el que daba inicio a la programación central de los Encuentros de Pamplona 72-22 / Iruñeko 72-22 Topaketak el pasado jueves 6 de octubre en Museo Universidad de Navarra, MUN.

Por su parte, Tomas Marco ya entonces compositor participante en los Encuentros también se hizo eco de ese asombro que sacudió a nuestra ciudad, que a pesar de que asustó a algunos, para muchas personas supuso una puerta abierta. Su intervención en Los Encuentros del 72 fue una obra electroacústica grabada en cinta, que se incorporó a diferentes eventos, recuerda con humor.

Catalán, como público de la época, rememoró una Pamplona que se encontraba a John Cage en la Ciudadela corriendo y dando gritos. Recordó el alboroto que generó entre las y los viandantes el arte provocador en el Paseo Sarasate sin saber que en realidad “nosotros éramos la performance”. Una ciudad en la que en los setenta, a pesar de este aire de sorpresa, en el terreno de la música ya “estaban sucediendo cosas”. Porque como explicaron en su conversación Navarra es la única comunidad que tiene grandes compositores en todas las generaciones. Un caso singular que se remonta al Renacimiento.

Finalmente, ¿qué impulso y resonancia tuvieron los Encuentros de 1972? Un impulso hacia la creación, sirvieron de catalizador para las vanguardias y fueron el germen de algo que entonces se esbozó en Pamplona “sin quererlo”. Una mirada mucho más múltiple e intercultural.

Tras la conversación tuvo lugar un concierto de la Orquesta Sinfónica de Navarra, dirigida por Jordi Francés, bajo el título “Luis de Pablo y la música de los Encuentros”, en el que se mostró la audacia de unos compositores que fueron primordiales en la década de los años Sesenta y Setenta, como Luis de Pablo, Iannis Xenakis, György Ligeti, John Cage, así como los propios Teresa Catalán y Tomás Marco.

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