Una civilización nihilista

Desde el inicio de El Capital, cuando Marx analiza el fetichismo de la mercancía como base del sistema de producción capitalista, al “tout devient marchandise” de Baudelaire, se construye una forma de pensamiento crítico que halla en la afirmación de Nietzsche “Dios ha muerto” la expresión más radical que definiría no sólo la condición moderna sino también su destino. Nosotros somos parte de esa historia y observadores de sus consecuencias. Pertenecemos a una época que ha sufrido los procesos de la secularización de sus mitos y sus sistemas simbólicos, para situarse en el reino de las apariencias y de losnew cultural standars. El proceso de la globalización ha universalizado las formas de existencia y su legitimidad se resuelve en un pragmatismo que los hechos imponen desde un empirismo funcionalismo. Max Weber en uno de sus últimos escritos había exigido pensar el Capitalismo como una forma de Civilización y no sólo como un sistema de producción.