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Qué son los Encuentros

Una llamada al saber,
la concordia y el disfrute

Un encuentro donde plantear las cuestiones más certeras para orientarnos en la contemporaneidad, siempre a partir de la reflexión y asidos a la incontestable fuerza de las artes, a su poder para sumergirnos hasta el sentido más radical de sus preguntas.

Un destello de propuestas: diálogos, debates y conferencias, artes escénicas, exposiciones, música contemporánea, talleres y actividades de mediación con instituciones.
Encuentros en la ciudad de Pamplona y en el territorio de Navarra. Los edificios y espacios más representativos acogen a todas aquellas personas dispuestas al asombro, un impulso despierto y vivo a la indagación del mundo.

Los Encuentros de Pamplona /Iruñeko Topaketak es una bienal internacional de cultura, arte y pensamiento promovida por Gobierno de Navarra y organizada por Fundación Baluarte con el apoyo de Fundación “la Caixa” y la colaboración del Ayuntamiento de Pamplona / Iruñeko Udala. El comisariado del programa corre a cargo del pensador y ensayista Ramón Andrés.

En 2024 los Encuentros celebran su segunda edición cuya programación central tendrá lugar del 3 al 13 de octubre en Pamplona.

Contarán como sede principal con el Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra, Baluarte, en Pamplona, y también se expandirán actividades culturales y artísticas a otros centros y al espacio público. Así mismo se propiciará que las personas participantes puedan dialogar con colectivos y ciudadanía durante su estancia en Navarra.

Con el objetivo de que los Encuentros sean generadores de diálogo y pensamiento crítico de forma sostenida en el tiempo y en el territorio, a lo largo de 2024 y 2025 tendrán lugar diversos programas en los ámbitos educativos, artísticos y culturales en Navarra.

El cartel

La bienal internacional de cultura, arte y pensamiento Encuentros de Pamplona / Iruñeko topaketak apuesta por la creación de un cartel como obra de arte en cada edición. En 2022 la propuesta corrió a cargo del artista visual Frederic Amat, y para 2024 la designada ha sido Eva Lootz, quien describe su obra y el proceso de creación de la siguiente manera:

«Últimamente he hecho gran cantidad de dibujos formando series que he llamado “dibujos que piensan”. Giran alrededor de un tema muy complejo que estudié durante la pandemia, el tema de las lenguas prehispánicas en peligro de extinción y la existencia precaria de los pueblos originarios de América Latina. Me supuso muchas horas de lectura, de reflexión y de concentración, de manera que haciendo esos dibujos había momentos en los que necesitaba relajarme y permitirle a mi mano y a mi mente que fueran a la deriva.

En estos momentos fue en los que surgieron los dibujos de “constelaciones”, y el que luego se convirtió en el cartel para Pamplona es uno de ellos. Constan de círculos de colores previamente recortados, que siempre tengo a mano, con los que jugaba sobre el papel. Una vez pegados, a veces los conectaba con un rotulador de manera que se formaban figuras y a menudo esas figuras formaban triángulos. Lo hacía de manera puramente intuitiva, pero claro, luego caí en la cuenta de que el triángulo es una figura absolutamente esencial que tiene que ver con el origen de la geometría, en la que los griegos aprendieron a calcular proporciones y medidas.

El triángulo es la figura elemental en la que se muestran relaciones que son expresables racionalmente, una figura en la que se puede ver cómo interactúan los ángulos con las longitudes, etc. O sea, pensándolo bien, haciendo estos dibujos en el fondo me conectaba con los fundamentos de la racionalidad. Por supuesto, los círculos y el triángulo pueden ser “leídos” de muchas maneras, propongo una: los tres círculos grandes como el arte, la ciencia y el pensamiento, y el círculo pequeño como el duende (¿acaso la creatividad no es una especie de duende?) que salta de uno a otro y hace que arte, ciencia y pensamiento se fertilicen mutuamente».

«Últimamente he hecho gran cantidad de dibujos formando series que he llamado “dibujos que piensan”. Giran alrededor de un tema muy complejo que estudié durante la pandemia, el tema de las lenguas prehispánicas en peligro de extinción y la existencia precaria de los pueblos originarios de América Latina. Me supuso muchas horas de lectura, de reflexión y de concentración, de manera que haciendo esos dibujos había momentos en los que necesitaba relajarme y permitirle a mi mano y a mi mente que fueran a la deriva.

En estos momentos fue en los que surgieron los dibujos de “constelaciones”, y el que luego se convirtió en el cartel para Pamplona es uno de ellos. Constan de círculos de colores previamente recortados, que siempre tengo a mano, con los que jugaba sobre el papel. Una vez pegados, a veces los conectaba con un rotulador de manera que se formaban figuras y a menudo esas figuras formaban triángulos.

Lo hacía de manera puramente intuitiva, pero claro, luego caí en la cuenta de que el triángulo es una figura absolutamente esencial que tiene que ver con el origen de la geometría, en la que los griegos aprendieron a calcular proporciones y medidas. 

El triángulo es la figura elemental en la que se muestran relaciones que son expresables racionalmente, una figura en la que se puede ver cómo interactúan los ángulos con las longitudes, etc. O sea, pensándolo bien, haciendo estos dibujos en el fondo me conectaba con los fundamentos de la racionalidad.

Por supuesto, los círculos y el triángulo pueden ser “leídos” de muchas maneras, propongo una: los tres círculos grandes como el arte, la ciencia y el pensamiento, y el círculo pequeño como el duende (¿acaso la creatividad no es una especie de duende?) que salta de uno a otro y hace que arte, ciencia y pensamiento se fertilicen mutuamente».