En su diálogo con Berta Ares del domingo 9 de octubre, Carolin Emcke nos habló de la diferencia como lugar de violencia. La periodista y filósofa alemana debatió acerca de cuestiones tan variadas y actuales como lo son las protestas de las mujeres iranies tras el asesinato de Mahsa (Jina) Amini por la policía de la moral, la guerra de Ucrania y, más específicamente, el discurso de Putin o el vídeo que recientemente salió a la luz en el que los residentes del colegio mayor Elías Ahuja gritan un cántico machista a las alumnas de la residencia Santa Mónica.
Hablando no solo como mujer sino como persona queer, Emcke discutió acerca de la violencia ejercida sobre el otro, un otro que se crea en base a la ruptura con los criterios establecidos. Esta violencia, es, ante todo, estructural.
Desde hace mucho tiempo la diferencia, el otro, se ha concebido como una amenaza, las condiciones de género, preferencias sexuales, ideologías políticas o identidades religiosas que se alejan de lo decretado son comprendidas como un peligro para el régimen establecido en cada lugar, lo que se muestra de forma clara en los preceptos que los diferentes partidos secundan actualmente tal y como afirmó la alemana.
Es por esto que “Tenemos que crear un discurso que rearticule el sentido de apreciación de las diferencias”, algo en lo que actualmente parece estar retrocediendo la sociedad occidental.
